Thursday, September 25, 2014

AL RITMO DEL BLAST BEAT



Para Hannibal.

De un día para otro la madre de Andrés cambio. Todos los días insistía en  que se cortara el pelo, que no vistiera de negro, que no escuchara música del demonio. Se torno tan repetitivo el discurso que comenzaba a cansar al muchacho. Él estaba convencido que todas esas ideas se las había inculcado el nuevo cura de la comunidad.  
Decidido caminó hacia la iglesia, estaba dispuesto a tener una conversación seria con el cura. La recepción estaba vacía, pero la oficina se encontraba con la puerta entreabierta. Se asomó y pilló a su madre con el sexo del eclesiástico dentro de la boca. Apretó los puños. Se retiro en silencio y recordó al hijo de puta con sotana que intento manosearlo cuando niño.
Pasaron las semanas y aprovechando que su madre andaba de viaje, invito al sacerdote a tomar algo en casa. Él acepto y Andrés lo drogo por medio del vino.
Escogió Dechristianized de su colección de vinilos y a martillazos sobre la cabeza, dio muerte al cura. Lo arrastró hacia una caja con cal que él mismo preparó y al ritmo del blast beast de Vital Remains cerró el cajón.
Connie Tapia Monroy.

Friday, September 12, 2014

SALA DE ESPERA


Un señor en la sala de espera, está muy enfermo y deprimido, mira el documento que tiene entre las manos, pero no se convence. Minutos antes el oftalmólogo le comunicó que tiene grandes posibilidades de quedar ciego. Arruga el papel, lo mete al bolsillo. Repasa su vida en unos segundos. Llorando, hunde la cara entre las manos. Recuerda a su esposa triste el día que se marcho de casa, los niños estaban pequeños. Él la golpeaba, a los niños también. Piensa que pudo ser otro hombre y quizás ahora no estaría tan solo enfrentando tan desdichada noticia.

Connie Tapia Monroy.

Friday, September 05, 2014

LA CENA


Él llega agotado del trabajo y su esposa como todos los días corre a servirle un plato de comida. Ella se sienta a su lado en silencio esperando que se fije en su nuevo peinado o al menos le comente qué le pareció la cena.
Él saborea la comida mientras repasa mentalmente las horas en el motel con la recepcionista.
Que cansado me siento —le dice satisfecho a su esposa.
Ella, la próxima vez, no olvidará poner veneno en la sopa caliente de su marido.

Connie Tapia Monroy.