Thursday, March 29, 2007

El ritual



En la cima del cáucaso occidental, se encuentra Arael observando el sol esconderse en el horizonte, porta un libro que compro en una liquidación, una buena oportunidad para conectarse con un ser demoníaco. Arael duda que pueda resultar el ritual, no cree, se mofa y ríe mientras talla los últimos símbolos, sin embargo sigue adelante blasfemando hacia el cielo. A cada momento se cuestiona el porqué esta a las afuera de la cueva de Krubera, el solo hecho de estar ahí ya es un infierno, aunque la desesperación de no tener ni un veinte en sus bolsillos es más fuerte, siente que después de vender su alma al diablo podrá vivir tranquila.

Se sienta, suspira y enciende un cigarrillo, piensa que da lo mismo estar ahí, es lo mismo estar fuera del sepulcro o dentro de él, le da lo mismo vender el alma por un par de monedas, si estar en la tierra es lo mismo que vivir en el infierno de Dante.

La noche ha caído y los astros comienzan aparecer en la inmensidad del cielo, Arael enciende todas las velas, con una férula de avellano silvestre en su mano derecha, alza los brazos, con la vista dirigida a Levante comienza a recitar “A vosotros, espíritus de luz, Adonai, Eloim, Ariel y Jehovam, requiero y pido humildemente os sirváis concederme vuestros favores, dones, gracias y amistad, haciendo que en cuantas empresas ponga mano, se vea realizado mi deseo, en virtud de vuestra benevolencia, bendición y ayuda......” las nubes empiezan a danzar en el cielo de luna llena, formando un remolino omnipotente ante el mundo, las gotas de lluvia son cada vez más tupidas, pesadas, Arael sigue gritando con fuerza hacia el cielo “....poniendo toda mi alma, corazón, vida, sentido y voluntad para poder llegar a identificarme con diversidad, en prueba de lo cual firmo y certifico”. Toma una daga y ofrende su sangre sobre el pentagrama. Un torbellino se forma a su alrededor desplomando a Arael inconsciente sobre el suelo húmedo y mal oliente de la montaña.

Cronicas de Erzsebet

Tuesday, March 27, 2007

Amigo imaginario

“¿Quieres jugar?”- preguntaba la niña con voz alegre, “¿A quién le hablas Arael?” pregunta la madre, mientras observa como ella enseña coquetamente sus juguetes, ¿a quién le muestras tus juguetes?” insiste su madre, Arael la mira con sus ojos grandes, una sonrisa cómplice, inocente. Ella es una niña que siempre ha jugado sola, tiene sus propios juegos, sus historias fantásticas, sus escenarios mágicos, es normal verla hablar sola. Sin embargo, esta vez el alma de su madre se oscureció ante esta escena, se lleno de dudas, su pequeña niña miraba ese vació como si realmente alguien estuviese ahí.

Arael creció y se olvido de muchas cosas de su infancia, se escondió de la realidad en sus fantasías, dentro de un mundo lejos de la violencia humana, de la crueldad de su entorno. A sus dieciséis años viajó a un pueblo al sur de la ciudad, muchas cosas pasaron, muchas cosas que mejor no recordar, ella se enamoró y lloró por primera vez. Con esa enorme pena se refugio a los pies de un árbol, como siempre lo hace, lloro, lloro largamente. “¡No derrames esas lagrimas mi niña hermosa!” – se escucho entre el viento que atravesaba los árboles del bosque. Entre sollozos ella lo miró y se perturbó con la presencia de su amigo imaginario, no era posible, en ese instante no sabia si era parte de su imaginación o no, aunque su presencia era demasiado real. “¿me recuerdas?” – preguntó el hombre de vestimentas oscuras, “¿¡Vasago!?” – pregunto ella con el aliento cortado, un nudo en la garganta, con lagrimas aun sobre el rostro.

Él sonrió, se dio media vuelta y sus pasos se perdieron entre la oscuridad.
Cronicas de Erzsebet

Monday, March 19, 2007

En el LImbo

El templar de las espadas despertó a los demonios. Palemon en busca de la torre se encontraba. Bajó al infierno, recorrió todos los portales, entre la oscuridad busco los ojos de Arael, que se encontraba en el rincón de una celda húmeda, inconciente, lo que obligo al caballero a llevarla sobre sus hombros. Corrió entre la carne putrefacta y pestilente, corrió entre los cadáveres que yacen aun casi vivos entre el lodo y la oscuridad, corrió hacia el portal, hacia la luz. Mientras cruzaba la línea imaginaria entre el limbo y la realidad, se escucha un grito aterrador, un NO!! Desgarrador, lleno de ira y rabia. Vasago no perderá a su prisionera tan fácilmente.
Cronicas de Erzsebet