Monday, March 23, 2009

Recuerdos


Recuerdas aquel lugar donde solíamos empuñar las canciones en nuestras manos, saborear el sucio sonido de la guitarra eléctrica, aspirar el humo del cigarrillo ajeno, beber esa botella de ron que pasaba de mano en mano. Recuerdas que aquellas canciones nos encontraron, cuando buscábamos alimentarnos de nuevos sonidos. Recuerdas ese día que por primera vez nos mirarnos, saque un mechón de cabello que molestaba tu rostro, esa fue la primera vez que mi mano rozo tu piel. Recuerdas que muy cerca niños jugaban y gritaban, era un día de verano, febrero exactamente, te regale un libro con hojas de roneo, era un libro barato, de mala calidad, con poemas y cuentos en el interior también de mala calidad, sin embargo tu lo recibiste con alegría, se suponía que cambiaríamos un tape o un CD, sin embargo a cambio de eso te di un libro de mala calidad e igual sonreíste y como agradecimiento me regalaste el primer beso. Recuerdas que desde ese día ya no dejaste de llamarme.

Recuerdas que a los pocos días estabas aterrorizado, decías que solo éramos amigos, que ella aún estaba en tu corazón, yo te deje tranquilo con tus recuerdos, me fui de viaje por largo tiempo y al volver aún era tu amiga, siempre fue así, una amiga que solo querías proteger, siempre repetías que tu misión era cuidar a la dama blanca del bosque. Recuerdas como me acurrucaba atemorizada en tus brazos, como podía dormir con mi cabeza apoyada en tus piernas.

Recuerdas la primera película que fuimos a ver juntos, el primer helado, la primera barra de chocolate, la primera canción. ¿Lo recuerdas? Recuerdas aquellos poemas que deposite para ti en el buzón de correo en sobres de color. Esa fue la vez que logre que me miraras nuevamente y creo que esta vez ya no fue solo como amiga.

Recuerdas el viaje a Isla Negra, donde nos sentamos por horas en las rocas frente al mar, donde en silencio observábamos las olas romper junto a nuestros pies, mientras unas tímidas gotas de sal caían en nuestros rostros.

Recuerdas cuando una llamada telefónica cambio nuestro destino y decidimos estar juntos para siempre, que peculiar forma de hacerlo, siempre te costo mirarme a los ojos, incluso para las decisiones importantes, sin embargo eso jamás importo. No pasó mucho tiempo después de ese episodio y en un pequeño cuarto comenzó la historia más importante de nuestra vida, solo tú y yo en nuestro universo. Nos amábamos, solo eso era lo importante.

Faltaron muchas cosas, falto el trabajo, el dinero, pero no importaba, eso era lo de menos, ya que día a día nos amábamos más y más.

Aunque no sé realmente que paso al transcurrir el tiempo, no lo sé. No recuerdo exactamente cuando mi cama se quedo vacía y no sé realmente si ese día tome o no mis maletas o simplemente decidí seguir. Creo que tampoco recuerdas el día en que me llamaste Nora por primera vez y comencé a vivir en la Casa de Muñecas.
Erzsebet

Thursday, March 05, 2009

Un reencuentro con el Sur

Este texto que esta a continuación no lo habia redactado precisamente para este blog, pero debido a que no fue recibido como se merece, lo publico acá para compartirlo con los que deseen leerlo.

Quiero relatar este viaje según como deseo recordarlo, así como lo haría Fred, personaje de la película “Lost Highway” sin apoyo de fotografías, ni videos, solo como lo percibe mi alma, una realidad como deseo recordarla o relatarla.

Un domingo de febrero de 2009 viaje 1016 kilómetros desde Santiago al sur de Chile, el avión sobrevoló la geografía cruzando volcanes, esteros, ríos, lagos, atravesó la alargada costa hasta llegar en tan solo una hora y veinte minutos a la tierra embrujada del sur, no tan embrujada si, llegamos a la ciudad de Puerto Montt, en la ciudad se pierden los mitos, la gente olvida. Ese día el cielo lloraba, para eso estaba ahí, era un atardecer gris, húmedo, frío. Buscamos alojamiento en Angelmo, nos instalamos y caminamos bordeando el seno de Reloncaví en busca de un lugar donde poder comer algo y refugiarnos de la lluvia. En un centro artesanal no muy lejos de donde nos hospedábamos encontramos una cocineria abierta, donde nos sirvieron un tazón de té con una paila de huevo revueltos con queso, el pan era de panadería, nada del otro mundo, en nuestro alrededor los comensales pedían platos como salmón, pailas marinas, etc. después de ver eso nos arrepentimos de no haber pedido un algo así.

Al día siguiente caminamos por el frente marítimo desde Angelmo hasta el centro de Puerto Montt, llegamos al mall, que se encuentra ubicado al lado del mar, solo para encontrar una señal wi-fi y de pasada repusimos energías, una vez terminado nuestro objetivo marchamos rumbo a la Isla Grande de Chiloé, específicamente a la ciudad de Ancud. Viaje en tierra, cruce en trasbordador por el canal de Chacao, nuevamente viaje en tierra y llegaríamos a la ciudad de Ancud, debíamos viajar 95 Km. aproximadamente, ver la cordillera de la costa como se fragmenta en esta parte de Chile y encontrarse con una tierra deforestada, llena de leyendas y mitos, isla habitada por brujos antes que el gobernador Martiano decidiera enjuiciarlos tratando de limpiar los cielos de escobas voladoras, pero la gente sigue creyendo que aún habitan ahí. El paisaje verde, mezclado con la lluvia, el olor a mar y el viento soplando constantemente hace que sus habitantes mantengan vivo los mitos que atrapa a la isla.

Hermoso el cruce por el canal, un día nublado, algo de gotas a ratos, lobos marinos acompañándonos a la distancia. Al llegar a Ancud lo primero fue buscar donde alojar, nos costo encontrar algo que se ajustara a nuestras peticiones, de hecho al final nos adaptamos a las ofertas disponibles, fue buena decisión llevar bajo el brazo el “Chiletur” y acercarnos a las oficinas de Sernatur, siempre es un buen dato ir a las oficinas de turismo, recoger mapas y panfletos de propagandas sobre alojamientos y tours, de hecho ahí tomamos el dato para ir a las pingüineras, objetivo que nos había hecho viajar a esa ciudad. Una noche en Ancud, sin saber donde ir a comer no es muy recomendable, la ciudad de noche es extraña, sus habitantes son extraños, de mirada extraña, al primer restorán que entramos la gente ni nos miro, como si no existiéramos, al final decidimos irnos de ahí, la noche avanzaba y no sabíamos específicamente donde ir a comer, estaba todo cerrado, la lluvia había cesado y el frío no era insoportable. Esa noche creí estar caminando por la ciudad de los hombres peces, ciudad relatada en los cuentos de Lovecraft, creí que estas personas adoraban a Dagon o por lo menos si estarían dispuesta hacerlo si alguien se los proponía, singular ciudad de noche, brisa marina, oscura, extraña, la ciudad de los hombres peces.

Al día siguiente nos pasaron a buscar, destino: “Monumento Natural Islotes de Puñihuil”, que se dice lugar único porque anida dos especies de pingüinos: el Magallánico y el de Humboldt, se pueden ver también Nutrias de mar, Carancas y Cormoranes, donde además este monumento natural consta de tres islotes de origen volcánico lo que hace más interesante su visita. El paseo en bote comenzó con un día soleado, pero ya en la navegación el cielo no dejo de arrojarnos agua, lluvia, viento, agua por todo lados, risas, ya estábamos mojados por completo, mis lentes empañados y las risas volvieron cuando al bajarnos del bote el cielo se despejo y que mejor terminar esa odisea comiendo una exquisita empanada de locos con queso con un vaso de vino y una buena conversación con los integrantes del tours.

Al volver a Ancud nos arrepentimos de haber tomado la decisión de quedarnos una noche más en aquella ciudad. En la mañana emprendimos la marcha a Castro, capital de la provincia de Chiloé, en esta ciudad teníamos varios objetivos, el primero ir a visitar a unos queridos amigos, que por cuestiones de trabajo se trasladaron a esta parte de Chile; el segundo tomar un tour para comer curanto en hoyo y por último participar en la fiesta costumbrista que se hace cada año.

Y así lo hicimos, el primer día tomamos un tour, el recorrido fue el siguiente: de Castro salimos a las 10 a.m. camino a Dalcahue, palabra que en idioma Huilliche significa “Lugar de Dalcas” (las Dalcas son antiguas embarcaciones de origen “chono”). El “guía” turístico era un payaso, la verdad es que no hizo ningún aporte y al final del día termine odiándolo por cada bobada que decía, una vergüenza para los extranjeros pensaba, pero la verdad es que mejor trate de disfrutar del paisaje y no tome en cuenta su presencia. En esta ciudad se encuentra la iglesia “Nuestra señora de los dolores” declarada monumento nacional, hay un feria artesanal y un mercado nuevo, bellísimo, con vista al mar, con cocinerias donde se puede encontrar de todo, nosotros comimos unas empanadas de mariscos, la verdad es que no le apuntamos a esta elección, después nos enteramos que la especialidad son las papas rellenas. De Dalcahue nos fuimos a Tenaún, que en idioma Huilliche significa “tres colinas”, acá nos esperaba un trasbordador para navegar entre los canales a la isla de Mechuque. Esta experiencia fue maravillosa, o por lo menos así lo sentí, mi corazón se llenaba de emoción, el día era radiante, ideal. Al llegar a la isla, las piedras calientes estaban dispuestas para empezar con la preparación del curanto al hoyo: mariscos, cerdo ahumado, papas, chapalele, milcao, pollo, tapado con hojas de Nalca. Nos explicaron el proceso y luego debimos esperar. En ese ínter tanto caminamos por la costa, visitamos un museo deteriorado, mal cuidado y sin nada que mirar, que extraño, pero así son los museos en Chiloé, nada de cuidado y con muestras bastantes atípicas. En resumen nos comimos el curanto, caminamos hacia la cima de un cerro para ver en altura las otras islas que componen el grupo Chauques. También desde ese lugar se vería el volcán Chaitén, sin embargo, a pesar de que era un lindo día, una nubosidad impedía la visión.

Volvimos a navegar el canal hasta Tenaún, donde una vez en tierra visitamos la iglesia que también fue declarada monumento nacional y patrimonio de la humanidad, con respecto a este tema tengo varios encuentros con mi interior y uno de ellos es que no puedo comprender como se declara tanta importancia a la evangelización y a los periodos llenos de oscuridad y sangre en nuestra historia, la gente la mira con admiración, sin darse cuenta que admiran a la represión y la esclavitud, eso pensaba mientras miraba una iglesia de madera con muchos simbolismos, pero a la vez con repugnancia, tanta ignorancia pensé y decidí salir de ahí, me sentía sofocada.

Esta sensación se fue de mí ser cuando nos dispusimos camino a Tocoihue, lugar donde se puede apreciar una caída de agua de 45 metros rodeada de bosque nativo. Apenas llegamos corrimos hacia abajo, emocionados, extasiados, miramos hacia arriba, sentíamos el agua caer sobre nuestros rostros, yo reía sin razón, en realidad si, era la belleza de nuestro Chile, el motivo que me incentivó a ser geógrafo.

Al día siguiente nos quedamos en Castro, sin embargo fuimos a la feria de la biodiversidad, donde encontramos una granja educativa, muestra artesanal, un sendero mitológico, muchas cocinerias donde comimos mucho desde papas rellanas hasta salmón frito, acompañado de un rico vino y una linda conversación con personas que conocimos en el lugar, personas que nos llenaron de anécdotas y frases celebres que jamás olvidare y espero seguir en contacto con ellos.

Ya era día sábado y tomamos un bus hacia Cucao para visitar el Parque Nacional Chiloé donde nos encontramos con una predominante selva valdiviana siempreverde, que se mezcla con las del laurifolio y turberas. Antes de llegar al Parque lo primero que me impresiono fue el lago Huillinco, es hermoso, imposible perdérselo. Así como imposible no hacer el recorrido del Tepual en el parque o el de la playa junto a las dunas y el mar, ese día para mi fue maravilloso y lo mejor es que junto a nuestros amigos terminamos el día con un gran asado de despedida, ya debíamos volver a Puerto Montt y terminar nuestro recorrido, el clásico: Puerto Varas, Laguna Verde, Salto del Petrohué y Lago de todos los Santos, lugares que siempre visito cada vez que voy a Puerto Montt, sin embargo esta vez hubo algo distinto, en los saltos había un viaje en lancha que existe solo desde Octubre del 2008, vimos que se daba vueltas bajos los saltos y la gente quedaba extasiada de emoción, como no quisimos ser menos, nos subimos a la lancha, experiencia imperdible, sin embargo el bus nos dejo botados en el parque nacional y fue larga la espera, pero valió la pena.

Si se quiere renovar energías o meditar, la magia de sur de Chile es la mejor medicina, mirar el mar, empaparse de la brisa marina, del cielo, de los árboles, de las personas, siempre se puede aprender más y crecer más, en el sur siempre he encontrado la inyección necesaria para seguir adelante.

Erzsebet