“¿Quieres jugar?”- preguntaba la niña con voz alegre, “¿A quién le hablas Arael?” pregunta la madre, mientras observa como ella enseña coquetamente sus juguetes, ¿a quién le muestras tus juguetes?” insiste su madre, Arael la mira con sus ojos grandes, una sonrisa cómplice, inocente. Ella es una niña que siempre ha jugado sola, tiene sus propios juegos, sus historias fantásticas, sus escenarios mágicos, es normal verla hablar sola. Sin embargo, esta vez el alma de su madre se oscureció ante esta escena, se lleno de dudas, su pequeña niña miraba ese vació como si realmente alguien estuviese ahí.
Arael creció y se olvido de muchas cosas de su infancia, se escondió de la realidad en sus fantasías, dentro de un mundo lejos de la violencia humana, de la crueldad de su entorno. A sus dieciséis años viajó a un pueblo al sur de la ciudad, muchas cosas pasaron, muchas cosas que mejor no recordar, ella se enamoró y lloró por primera vez. Con esa enorme pena se refugio a los pies de un árbol, como siempre lo hace, lloro, lloro largamente. “¡No derrames esas lagrimas mi niña hermosa!” – se escucho entre el viento que atravesaba los árboles del bosque. Entre sollozos ella lo miró y se perturbó con la presencia de su amigo imaginario, no era posible, en ese instante no sabia si era parte de su imaginación o no, aunque su presencia era demasiado real. “¿me recuerdas?” – preguntó el hombre de vestimentas oscuras, “¿¡Vasago!?” – pregunto ella con el aliento cortado, un nudo en la garganta, con lagrimas aun sobre el rostro.
Él sonrió, se dio media vuelta y sus pasos se perdieron entre la oscuridad.
Arael creció y se olvido de muchas cosas de su infancia, se escondió de la realidad en sus fantasías, dentro de un mundo lejos de la violencia humana, de la crueldad de su entorno. A sus dieciséis años viajó a un pueblo al sur de la ciudad, muchas cosas pasaron, muchas cosas que mejor no recordar, ella se enamoró y lloró por primera vez. Con esa enorme pena se refugio a los pies de un árbol, como siempre lo hace, lloro, lloro largamente. “¡No derrames esas lagrimas mi niña hermosa!” – se escucho entre el viento que atravesaba los árboles del bosque. Entre sollozos ella lo miró y se perturbó con la presencia de su amigo imaginario, no era posible, en ese instante no sabia si era parte de su imaginación o no, aunque su presencia era demasiado real. “¿me recuerdas?” – preguntó el hombre de vestimentas oscuras, “¿¡Vasago!?” – pregunto ella con el aliento cortado, un nudo en la garganta, con lagrimas aun sobre el rostro.
Él sonrió, se dio media vuelta y sus pasos se perdieron entre la oscuridad.
Cronicas de Erzsebet
3 comments:
Wooawww . que bueno se esta poniendo esto....
Realmente me gusta , bueno el método de la expectativa , aunque muero por leer algo definitivo....
TE felicito , muy bueno , disculpame si te tenía medio abandonada , es que estoy lleno de líos , por doquier...
Gracias Erzsebet
Bobbafettt
El primer encuentro de Vasago.... un ser con doble cara....
...siempre hay alguien que te observa desde la oscuridad... puede que quiera cuidarte... o puede que no...
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