En su corazón están los votos de castidad, el código templario corre por sus venas, pero se siente como una adolescente, como si fuera su primera vez en todo, suspira, se miran fijamente a los ojos y se vuelven a besar, pero esta vez desesperadamente, Arael olvida por completo el dolor entre las costillas, el cansancio, su misión. Stygian comienza acariciar su cabeza, con la punta de los dedos juega con su pelo, mientras besa su cuello desata las amarras de su corsés lentamente, no dejan de mirarse a los ojos, son cómplices, se aman. Baja por su cuello, lo muerde suave, la atrae hacia él, baja lentamente hasta los pechos, no despega sus labios ni un segundo de la piel, su lengua juega con sus pechos, baja al ombligo, su lengua juega entre los muslos, acaricia suavemente sus piernas, sus manos la toman con delicadeza, vuelve a subir, se miran, se besan, se desnudan completamente, la toma entre sus brazos y la lleva a la cama, ese momento es solo de ellos, nada existe, nada importa. Arael besa su espalda, la yema de sus dedos van de aquí para allá, se eriza la piel, el cuerpo se estremece, ella besa todo su cuerpo muy suave, la piel es solo una, el sudor se mezcla, los cuerpos se compenetran, se besan con ternura largamente, se acarician, se aman, el elixir estalla en una sincronización apasionada, se relajan, ríen, se miran nuevamente a los ojos, es su momento, ella apoya su cabeza en su pecho, lo abraza fuertemente y el silencio se apodera del lugar.
Stygian después de un largo rato cae en un profundo sueño, ella sin embargo no dejar de mirar el techo y de pensar, había roto el voto de castidad, estaba en un lugar desconocido, se sentía irresponsable, ama a Stygian desde el primer momento que se encontraron entre los árboles del viejo bosque, y no podía soportar la idea que la orden samurai se entere que ella esta ahí y acusen a su amado de traición y lo condenen a muerte, ella cree en su palabra, pero no confía en los demás que están detrás.
Se levanta, se viste, se prepara una taza de té con canela, se sienta cerca de la chimenea que aun quema algunos trozos de madera, mira el fuego por largo rato, se decide, se levanta, toma la caja, se pone su armadura, su espada, besa en silencio a Stygian.
- Te amo – le dice casi susurrando – nunca te dejaré de amar pase lo que pase.
Se marcha del lugar cabalgando en su caballo, deja atrás el bosque y al hombre que ama, su corazón es de un templario, así fue la promesa y el compromiso que adquirió frente al altar de los sacrificios. Cabalgó todo la noche y todo un día y luego toda una noche, sin parar ni beber agua, en la madrugada ve a lo lejos las tierras de Anamur, ya sabe que hacer y en donde buscar, los pasadizos secretos son conocimientos solo de los verdaderos templarios, ella sabe por donde entrar, los recorre hasta llegar a una gran puerta de metal, golpea la puerta y da la señal que solo ellos conocen. Al otro lado hay un hermano, la reconoce, la saluda con su espada apoyada en el pecho, la recibe con fraternidad. Se encamina hacia el altar principal, ahí estaba Athanatos meditando.
- He aquí hermano, Arael guardiana y portadora de la misión – se inclina ante él con honor.
- Te has demorado, pensamos que había pasado lo peor, pero me alegró que ya estés aquí – Athanatos la abraza y la invita a descansar, recuperarse – te esperamos en los comedores – le dice y se retira.
Arael va a sus aposentos, se ducha, medita, duerme una par de horas y luego baja al comedor principal, ahí estaban los hermanos, todos reunidos y listos para comer, ella se sienta, come en silencio, nadie pregunta nada, todos respetan su silencio. Al terminar, Arael queda sola con Athanatos.
- Hermano Athanatos, aquí esta la caja, la dejo en tus manos, he cumplido con mi misión – Arael da media vuelta, toma sus cosas, el caballo y vuelve al bosque en donde se encuentra Stygian.
Cronicas de Erzsebet
5 comments:
Muy buena historia , pero que giro ha pegado .....
Muy buena , me alegro que estes mejor y escribiendo de nuevo
Saludos
Agracdezco tan buena historia aunque no parece final, yo creo que hay más. De seguro algo más nos dará tu pluma.
Saludos hermana y aprovecho de invitaros a leer mi cuento que he escrito también inspirado en la leyenda Templaria.
Entrar en las Tierras Profanas.
ET Belenus
bobba, tu sabes de quien me he inspirado para esta parte del relato y efectivamente esta es solo la parte final de la campaña para entregar el cofre, pero todavia quedan muchas cosas mas en este universo de relatos, besos a todos
Realmente fascinante el relato, solo espero que los guerreros se vuelvan a reunir... y aquel noble guerrero de muerte al guerrero intruso...
Te Quiero Mucho
N.N.D.E.T.P
que intruso?? ya se viene mas de la historia
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