Friday, March 06, 2015

Prueba


Es la cartuchona de la cuadra. Cartuchona y tonta, por no decir weona. Aunque creo que finge, que se hace la mosquita muerta, por eso quería probar cuál era su límite y preparé todo para ese momento. Conversé con dos tipos, no hubo necesidad de pagarles, ellos estaban encantados con la idea. La habitación fue fácil de conseguir, los moteles siempre tienen una de ese tipo. Yo podría sentarme en un sillón a mirar el espectáculo tras un espejo. Ella nunca sospecharía de mí. Sólo debía planificar algo perfecto para llevarla.
Tenía la certeza que sería fácil, le mandé un par de flores con mensajitos siúticos y medios calentones por un par de días y casi de inmediato aceptó la invitación. Cuando entró a la habitación quedó perpleja, pero todas lo hacen, es parte del proceso. Uno le tapó la boca para que dejara de chillar, mientras el otro le rasgaba la ropa. A esa altura ella estaba entregada, sus pezones estaban duros, apretaba las piernas. Al principio le hizo el quite a ponerlo en la boca, pero luego sola lo sujetaba y movía con las manos. ¡La muy puta! Yo sabía que se entregaría así de fácil. Solita se puso en cuatro para ser penetrada.
Cuando me la encuentro a la muy hipócrita, siempre le doy mi mejor sonrisa mientras recuerdo ese momento en que gritaba y gemía de placer, cuando dos desconocidos se turnaban para darle por el culo.  

Connie Tapia Monroy.

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