Un
señor en la sala de espera, está muy enfermo y deprimido, mira el documento que
tiene entre las manos, pero no se convence. Minutos antes el oftalmólogo le
comunicó que tiene grandes posibilidades de quedar ciego. Arruga el papel, lo
mete al bolsillo. Repasa su vida en unos segundos. Llorando, hunde la cara
entre las manos. Recuerda a su esposa triste el día que se marcho de casa, los
niños estaban pequeños. Él la golpeaba, a los niños también. Piensa que pudo
ser otro hombre y quizás ahora no estaría tan solo enfrentando tan desdichada
noticia.
Connie Tapia Monroy.
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