Dulce:
Anoche te soñé emergiendo del mar, como un ser azulado que crecía hacia la inmensidad del cielo. Te veía volar hacia las estrellas y cristalizado en la constelación oí tu llamado. Traté de volar hacia ti, pero unas delgadas manos se enlazaron en mi cintura, reteniéndome. Busqué desesperadamente tus manos, tus labios. Ya no estabas.
Cómo explicar con palabras esa imagen que viaja a velocidad luz y golpea mi retina cada vez que recuerdo tu voz mezclarse con el viento. Esa voz que vibra junto al océano diciendo “mi Laura del mar”.
Creí, en algún momento, que si esperaba en la orilla del mar vería aquél mágico barco blanco venir hacia mí. Quizás encontrarte a bordo del tren silencioso que cruzó nuestro destino, pero nada apareció.
Imaginé tu cuerpo dormido viajar hacia la luz y corrí para alcanzarte, no quería dejarte ir. Pensé que un dulce beso te mantendría a mi lado por siempre.
Así lo imagine. Así pensé tu partida, diciéndome… diciéndote: “aquí estoy… a tu lado”. Sin embargo, solo pude mirar hacia el horizonte y ver crecer flores niphredil sobre ti, sin tener la mínima posibilidad de decir “te amo” sobre tu regazo y atrapar esa última gota de existencia, que estoy segura hubiese sido para mí.
Hoy entrego esta carta a nuestro testigo silencioso, que guardó besos y miradas culpables. Hoy te digo adiós a través del mar.
Te amo.
Anoche te soñé emergiendo del mar, como un ser azulado que crecía hacia la inmensidad del cielo. Te veía volar hacia las estrellas y cristalizado en la constelación oí tu llamado. Traté de volar hacia ti, pero unas delgadas manos se enlazaron en mi cintura, reteniéndome. Busqué desesperadamente tus manos, tus labios. Ya no estabas.
Cómo explicar con palabras esa imagen que viaja a velocidad luz y golpea mi retina cada vez que recuerdo tu voz mezclarse con el viento. Esa voz que vibra junto al océano diciendo “mi Laura del mar”.
Creí, en algún momento, que si esperaba en la orilla del mar vería aquél mágico barco blanco venir hacia mí. Quizás encontrarte a bordo del tren silencioso que cruzó nuestro destino, pero nada apareció.
Imaginé tu cuerpo dormido viajar hacia la luz y corrí para alcanzarte, no quería dejarte ir. Pensé que un dulce beso te mantendría a mi lado por siempre.
Así lo imagine. Así pensé tu partida, diciéndome… diciéndote: “aquí estoy… a tu lado”. Sin embargo, solo pude mirar hacia el horizonte y ver crecer flores niphredil sobre ti, sin tener la mínima posibilidad de decir “te amo” sobre tu regazo y atrapar esa última gota de existencia, que estoy segura hubiese sido para mí.
Hoy entrego esta carta a nuestro testigo silencioso, que guardó besos y miradas culpables. Hoy te digo adiós a través del mar.
Te amo.
4 comments:
oh q bello, trágico, romántico, èpico, txt. tienes el don de unir oscuridad, demencia, amor, pasión, muerte... en fin un sin número de emociones que producen sus escritos.
Mis respetos y saludos
Está excelente. Lo volví a leer y me conmovió otra vez. Felicitaciones :-)
Debe y Debio ser la carta ganadora.. un poco de intelecto le hace falta a los que se autodenominan escritores y a la vez jurado. Excelente .. mistico .. etereo....y.. mortal..
Gracias a todos por sus bellas palabras y de todo uno recoge experiencias, para eso estamos, para aprender de ellas! :-)
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