Thursday, February 19, 2015

Post 14 de febrero

Hoy, en la hora de colación me senté a fumar con mis compañeras de trabajo. Siempre es el momento donde se quejan del exceso de labores y por sobre todo, de cómo las trata la pareja. Pasado el catorce de febrero, muchas llegaron jactándose de las flores, chocolates y cenas. La mayoría de ellas están contentas y agradecidas. Pero el resto del año, la mayoría de ellas no es feliz.
Por mi parte, solo observo y escucho lo que conversan mientras nos fumamos un cigarro. Creo que nunca van a entender lo celoso que soy. La rabia que surge cuando pienso en mi Adela. Ella debe quedarse en casa. Ella debe estar solo para mí.
El pasado catorce la invite a salir y cuando estábamos cenando. Ella insistió en que quería trabajar. Claro, se aprovecho de ese momento pleno para darme la estocada. Por supuesto que le dije que no. Discutimos. Ella lloró. Furioso me la lleve a casa. La golpeé. Humille. Lloró. Indignado la apuñale hasta cansarme. Yo amo a mi esposa, recé junto a su cuerpo que adorne con figuritas religiosas, como a ella le gusta. Pero eso, mis compañeras de trabajo jamás lo entenderían.

Connie Tapia Monroy.

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