Aprovechando las fechas, dejo a mis queridos lectores un especial de microcuentos de navidad (anti-navidad). Espero disfruten estos seis micros que vienen de distintas fronteras: Perú - Argentina - Chile. ¡Felices fiestas!
La
Navidad
El 24 se respira un aire extraño en Liliput, a los
pobres habitantes les llegan las fiestas, de golpe y como una cachetada. Las
señoras mayores van a misa con el riguroso vestido de la costumbre, mientras el
cura desde el púlpito despotrica contra los estereotipos creados por las
gaseosas, contra los pinos que en Belén ni remotamente existieron y contra todo
lo non-santum en su lucha titánica por restaurar las mores maiorum. Los
comerciantes inventan ofertas del 30 o 40 por ciento, pero ni de esta manera
igualan los precios del mes pasado y el aguinaldo no es más que un pez
escurridizo.
Durante la noche los pobres liliputiensen estallan
el cielo brillante, tratando de despertar a ese dios que aún descansa en su
séptimo día. Los padres se visten de santa closes, con su traje del polo norte,
derritiéndose de calor y tratando de no matarse mientras bajan del techo.
Al final, un niño sonríe. Todo valió la pena.
Juan Manuel Montes, Relatos
desde Liliput.
Supuesto
—Soy Papá Noel. ¡Créanme! ¡Soy Papá Noel!— gritaba
el hombre vestido acorde a sus declaraciones desgañitadas. En vano intentaba
zafar de los inclementes enfermeros de la Clínica Psiquiátrica Municipal,
quienes estaban acostumbrados a maniatar y escuchar alaridos. A ellos ya no les
sorprendían los supuestos Napoleones, los Bill Gates ficticios, las pretendidas
Marilyn Monroe, tampoco los autoproclamados asesinos de Gandhi. Era de esperar
que esa Nochebuena apareciera quien se crea Santa Claus.
Lo que sí asombró al personal del neuropsiquiátrico fue escuchar en los
noticieros, en la mañana del 25, que esa noche ningún niño del planeta había
recibido su regalo.
Giselle Aronson.
Disfraz
Hoy papá se tiró a las vías del tren. Llevaba
puesto su viejo traje de Santa. Lo usaba cada navidad durante los últimos siete
años. Ya ninguno de nosotros creía en aquél viejo de mierda. Estas fiestas no
tienen nada especial. Con el disfraz se emborrachaba. Intentaba olvidar que
chocó el auto con mamá adentro aquella víspera de navidad. Apenas entonces se
sentaba a la mesa a cenar sin espanto con todos sus hijos. Si papá hubiese
sabido que nosotros mantuvimos a mamá con vida todo este tiempo, postrada en
cama y conectada a un respirador, quizá no habría tomado esa decisión. La
alejamos de sus manos, tantos años padeciendo las golpizas a mamá nos dieron
ese derecho. Por eso, creemos que el mejor regalo para todos ésta noche buena
será desenchufarla. Quizá, así pueda por fin descansar.
Christian Solano
Atropellaron
al Viejo Pascuero en Villa Alemana
El conductor borracho no respetó el paso de
peatones y los niños presenciaron el hecho, aterrados. Luego cayeron en el
desconsuelo de saber que ese año no habría regalos. Las madres hilaron
explicaciones mientras se los llevaban apresuradamente del lugar. Aquella
noche, sin embargo, el Viejo Pascuero pasó por las casas, dejando un reguero de
polvo de estrellas, como siempre. No ocurrió lo mismo con el hombre vestido de
rojo que dejó un reguero de sangre sobre el paso peatonal.
Gabriela Aguilera Valdivia.
Regalo autocomplaciente
Es
fácil preparar la navidad para una mujer sola como Rebeca. Saborea frutas
jugosas mirando películas porno y antes de penetrarse con los dedos, conecta la
cámara web para regalar al fisgón su jugueteo erótico vestida de santa claus. “¡Mery
christmas!”, dice una vez que a acabado. Toma un enorme sorbo de vino y se
duerme con la mano en la entrepierna.
Connie Tapia Monroy.
† Jo Jo Jódanse †
La cámara permanecía fija... grabando. Cada año un
video nuevo y, a estas alturas, ya tenía una carpeta de archivos con nueve
elementos. Estaba exhausto. Los años pasan la cuenta, se repetía en su
cabeza. El cigarrillo ya le quemaba los dedos mientras miraba el techo
abstraído, pues, las lucecitas del árbol de pascua siempre lo ponían nervioso: La
navidad es una fecha negra, sentenciaba desde el sillón.
Luego, como si recordase un chiste interno, rompe a
carcajadas, mira hacia un rincón, y ve a las dos pequeñas que lloriqueaban
asustadas. Toma un regalo del árbol y dice:
—Veamos,
papi y mami ya recibieron su regalo. Ahora, ¿quién de las dos es Pily?...
Pablo
Espinoza Bardi.
Juan Manuel Montes (Mendoza, Argentina). Escritor, profesor de Lengua
y Literatura. Libros publicados: La
soledad de los héroes (2008) y Relatos
desde Liliput (2012)
Giselle Aronson (Gálvez, Santa Fe). Escritora y Licenciada en
Fonoaudiología. Libros publicados: Dos
(novela, 2014), Sin ir más lejos
(microficciones, 2014).
Christian Solano (Lima, Perú). Ha publicado: Almanaque (microrrelatos, 2014); antología Circo de Pulgas; antología Ballenas
en Hormigueros.
Gabriela
Aguilera Valdivia (Santiago, Chile). Escritora y tallerista. Ha publicado entre otros: En la garganta (2008); Saint Michel (2012); Astillas de hueso (2013).
Connie
Tapia Monroy (Santiago, Chile). Ha publicado: antología
Revuelo de Palabras (2014); antología
Trinacional de Microficción Borrando
Fronteras (2014).
Pablo Espinoza Bardi (Arica, Chile). Ha publicado entre otros: Necrospectiva
Vol 1 y 2 (2010-2011); La madición de
los Whateley’s y otros relatos (2011).
2 comments:
Pucha que salió buena esta recopilación... podríamos hacer un carrusel perverso todos juntos y nos saldría estupendo.
Connie, ¿como comparto esto en el FB de la Jornada TRI?
A mi me encanto!!, porque se dio que un microcuento se enlazaba con el otro, como si estuvieramos conectados!! Gracias Gabriela por compartir el enlace en el FB del Tri
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